Y renaceré como el cuervo, te encontraré tras la muerte, para atraparte entre mis garras y destrozar tu cuerpo con mi frenético deseo. Regresaré para amarte.

viernes, 22 de marzo de 2013

Un demonio particular


10 Marzo del 2010 – 00:15 – Hotel Bloomsbury – Londres

Me hallaba en el vestíbulo del hotel con un sobre amarillento entre mis manos. No había remitente, pero sí mi nombre escrito en el destinatario. Había sido enviada a una de mis direcciones usuales, las cuales no eran del todo conocidas para el común de los mortales. Dentro había una nota con una letra demasiado elegante, grande y limpia. Podía jurar que se trataba de alguien sofisticado, el cual no dudaba jamás en sus trazos y por lo tanto seguro de sí mismo.

“Venga al Bloomsbury en Londres, sé que sabrá llegar a él, el miércoles 10 de éste mes. Sé que es un hombre ocupado y posiblemente vea ésta invitación como una pérdida de tiempo. Sin embargo, ¿no quiere pasar una noche distinta? ¿No desea conocer una verdad que no le ha sido revelada? Participe en una velada agradable conmigo y le juro que no le defraudaré.

Caim”

Desconfié durante días y realmente estuve dispuesto a no acudir. Sin embargo, quería saber de qué se trataba. Podía sentir que no era humano el ser que me había lanzado aquella propuesta. Por lo tanto, justo la noche antes saqué algo de ropa decente de mi armario y la contemplé bien acomodada frente al lugar donde solía cobijarme de los rayos del sol.

Cuando me hallé allí esperé que Caim se aproximara a mí, pues él parecía conocerme mejor que yo mismo. De la nada apareció un hombre de al menos dos metros de alto, cabello negro, espeso y tan largo que parecía interminable aunque se perdía en su cintura masculina. Su rostro era anguloso y masculino, sus labios parecían tener una sonrisa congelada aunque quería parecer gentil. Al estirar su brazo derecho hacia mí para darme la mano noté que parecían monstruosas garras. Eran dedos gruesos, largos, ásperos y muy tibios.

-Un placer conocerlo al fin en persona.

Su voz era tan oscura que me sentí hundido en un pesado sueño donde me golpeaba su poder. Sus ojos verdes eran similares a los de un enorme felino, pero había algo de ave en él. Sentí pánico y supe que por mucho que corriera no podría huir.

-No se asuste, tan sólo vine a ofrecerle éste documento- extendió una carpeta ofreciéndomela como si fuese un presente-. Si tiene usted el suficiente valor podrá leer aquí la verdad, la cual demuestra que Lucifer no gobierna en los infiernos...

-¿Por qué?-interrogué intentando no mostrarme nervioso.

-Simple diversión, pues todo aquel que sabe la verdad queda condenado a los infiernos y seducido por ellos. Sólo quiero saber qué tan resistente es la mente de un vampiro.

-¿Y no estamos condenados a vagar por las ascuas cuando muramos?-estaba confundido pues siempre había creído que acabaría consumiéndome como el resto de mis camaradas.

-No del todo.

Bajé la mirada hacia la carpeta, la cual acepté sin siquiera percatarme y al alzar la vista ya no estaba. La extraña sensación había desaparecido.

Eran las 00:30 cuando salí despavorido por la puerta del hotel cuando logré reaccionar. Notaba cierto sudor sanguinolento manchar mi frente. Mis manos temblorosas estaban aferradas al sobre y al dossier, el cual aún no he abierto. Admito que me he sentido tentado, además posee un aroma agradable que me recuerda al incienso que se quema en las iglesias, pero el miedo me engulle. No sé si se trata de una pesada broma, pero aquel ser con el cual me encontré no era humano y tampoco lo fue en algún momento de su vida.  

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Derechos de Autor y Licencia

Safe Creative #0906284062744
muerte por vida
un precio caro
pero habitual
somos animales
somos todos animales
hijos de un dios
hijos de las sombras
hijos de la eternidad
no podemos renegar
no podemos olvidar
incluso lucifer fue engendrado por él
la concepción que él nos ha dado
nos ha hecho ser como somos
por eso matamos
porque está en nuestra naturaleza
¿somos tan terribles?
¿más que un asesino despiadado?
¿más que un dictador?
¿más que un hombre que enseña a su hijo a matar avecillas?

...

no somos monstruos
simplemente sobrevivimos...
con tu sangre
con tu alma
pero es supervivencia.

aqui gana el más fuerte

Sueños - AWR


sueño profundo y doloroso... sueño de sangre y noche
sueño contínuo en lo eterno...
sintiéndote navegar en eter...
un eter que se vuelve fangoso... rojizo... sublime
¡Sangre!... sólo sangre... cálida y fresca... deslumbrante
nube vamporosa con aroma a mujer...
la primera víctima de la noche... la elegida.
tacones lejanos con contoneo de caderas carismático...
para luego escuchar un grito de terror...
y luego...
y luego... NADA

Dama Sombría

Dama de las sombras
mujer de corte oscura
tú vienes a cortar el último hilo de vida
el último aliento..
cruel dama nocturna
cruel mujer...
que viene junto a la muerte, de la mano
señora que sonríe... que se jacta de mi destino
mientras la calavera señala mi destino... un foso... un lugar junto a la tierra y sus gusanos.
hoy yaceré muerto al despuntar alba
hoy... habrá acabado mi andanza por la tierra
hoy descansaran mis huesos, pero no mi alma.
Si bien... cruel aunque hermosa
desfilaras con la muerte, danzarás con ella, y la luz del día disipará tu figura.
tal vez lloren por mí, canten salmos y las campanas repiquen...
como tal vez termine como Paganini... en un carro... esperando sepulcro durante años.
danza y ríete de mi miseria
hija de la noche
mujer que no da tregua...
capa oscura y pesada, fúnebre sombra
que engalana el manto de la muerte.

somos idiotas afortunados

La vida cae... en una persona... el telón cae

cae pero otra empieza

empieza en un mundo rojo.... teñido por la sangre

con el ruido del tañir de las campanas de una muerte que yace en el campo santo del olvido...

un mundo donde los esperanzados son pocos...

y los diablos sin rumbo muchos

somos diablos

pobres almas

desamparados

odiados hombres de paja

que añaden a la historia... a la historia del día a día...

historia que despreciamos y amamos por igual

somos idiotas

que no agradecemos lo que tenemos

que detestamos el suelo que pisamos

pero cuando van a levantar la hoz para que espiremos... gritamos, lloramos y rogamos.

somos afortunados

y no nos damos cuenta

que esos pequeños baches

que esas soledades

y esos silencios sin sustancia

son la savia de algo grande

es la sangre de la mortalidad

y de la inmortalidad en si misma.