Y renaceré como el cuervo, te encontraré tras la muerte, para atraparte entre mis garras y destrozar tu cuerpo con mi frenético deseo. Regresaré para amarte.

lunes, 12 de enero de 2015

Felicidad

Muchos buscan la felicidad allá donde van. Otros, sin embargo, tan sólo la esperan mientras siguen rodando por este mundo. Hay quienes se la ganan a pulso, otros se la ganan en una tómbola. La felicidad es una utopía, ¿o una realidad?

Para mí es una realidad, aunque durante algún tiempo la consideré utópica. Es cierto que no se puede ser completamente feliz, pues si fuese así no nos impulsaríamos a cambiar cosas en nuestras vidas, a mejorar el momento, a disfrutar de cosas nuevas y nos quedaríamos sin curiosidad. Esa pequeña insatisfacción nos mueve, nos cambia, nos dicta y nos hace elegir. 

¿La felicidad se puede saborear? ¿O sólo se puede sentir? Muchos dirán que sólo se puede sentir, pero yo digo que se puede palpar, saborear, respirar e incluso se puede ver. No es algo plano, de un solo color y con una definición válida. Cada quien tiene su propia definición de felicidad. Es igual que el amor. Hay muchas formas. 

Para un niño la felicidad puede ser ese helado con barquillo y caramelo. Quizás para un anciano es una vieja fotografía desgastada por los recuerdos que implican. Para un hombre enamorado será la voz de la persona que ama, sea hombre o mujer. Quizás para nuestros amigos de cuatro patas es literalmente nuestra compañía y un cuenco lleno de comida. Un recién nacido con todas sus necesidades cubiertas es feliz, pero sobre todo es aún más feliz cuando su madre lo estrecha porque su aroma y sus latidos le hacen sentirse completo. ¿Realmente la felicidad es algo intangible? ¿Es un sentimiento? Lo es, pero no se queda ahí. La felicidad tiene una base, un origen, y puede ser tangible o no. 

Y vosotros diréis, ¿qué es para ti la felicidad? Has dicho mucho, pero sólo son palabras amontonadas. Para mí, la felicidad, consta de pequeñas cosas que dejan un gran hueco cuando no están. 

Para mí, la felicidad, es caminar descalzo por casa en verano mientras bebo un vaso de leche fría. También lo es un beso de mi madre, el ronroneo de mi gata paseándose entre mis piernas, la voz de mi pareja susurrándome que me ama, la risa de un amigo, el comentario amable de una vieja amiga, la complicidad que se posee a lo largo de los años con las personas que amo y necesito a mi lado, comer un plato de pasta con un vaso de zumo de naranja recién exprimido, tomar un café en mitad de una plaza repleta de bullicio, escuchar mis bandas favoritas, escribir, no afeitarme los domingos, un poco de helado de vainilla en un día especial, el aroma a mar o a tierra mojada, la lluvia cuando cae sobre el paraguas mientras camino, correr, saludar a las personas que me agradan y el sonido el papel de un caramelo de cereza. 

Son cosas simples. Son muy simples. Sin embargo, aprendo a tener nuevas cosas simples y a decirle adiós a otras. Amaba hablar con mi abuelo, era parte de mi felicidad cotidiana. Cuando murió tuve que aceptar que ese momento de felicidad se había acabado. Ahora soy feliz cuando miro su fotografía e intento pensar que hago lo posible por dar lo mejor de mí. Del mismo modo que tuve que aceptar a deshacerme de cosas que creí imprescindible cuando era pequeño, pero que ahora no necesito. 

Maduramos y nuestra felicidad madura. Pero hay cosas que no cambian. Hay momentos de felicidad que siempre estarán ahí. Son parte de nuestro código genético. 

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Derechos de Autor y Licencia

Safe Creative #0906284062744
muerte por vida
un precio caro
pero habitual
somos animales
somos todos animales
hijos de un dios
hijos de las sombras
hijos de la eternidad
no podemos renegar
no podemos olvidar
incluso lucifer fue engendrado por él
la concepción que él nos ha dado
nos ha hecho ser como somos
por eso matamos
porque está en nuestra naturaleza
¿somos tan terribles?
¿más que un asesino despiadado?
¿más que un dictador?
¿más que un hombre que enseña a su hijo a matar avecillas?

...

no somos monstruos
simplemente sobrevivimos...
con tu sangre
con tu alma
pero es supervivencia.

aqui gana el más fuerte

Sueños - AWR


sueño profundo y doloroso... sueño de sangre y noche
sueño contínuo en lo eterno...
sintiéndote navegar en eter...
un eter que se vuelve fangoso... rojizo... sublime
¡Sangre!... sólo sangre... cálida y fresca... deslumbrante
nube vamporosa con aroma a mujer...
la primera víctima de la noche... la elegida.
tacones lejanos con contoneo de caderas carismático...
para luego escuchar un grito de terror...
y luego...
y luego... NADA

Dama Sombría

Dama de las sombras
mujer de corte oscura
tú vienes a cortar el último hilo de vida
el último aliento..
cruel dama nocturna
cruel mujer...
que viene junto a la muerte, de la mano
señora que sonríe... que se jacta de mi destino
mientras la calavera señala mi destino... un foso... un lugar junto a la tierra y sus gusanos.
hoy yaceré muerto al despuntar alba
hoy... habrá acabado mi andanza por la tierra
hoy descansaran mis huesos, pero no mi alma.
Si bien... cruel aunque hermosa
desfilaras con la muerte, danzarás con ella, y la luz del día disipará tu figura.
tal vez lloren por mí, canten salmos y las campanas repiquen...
como tal vez termine como Paganini... en un carro... esperando sepulcro durante años.
danza y ríete de mi miseria
hija de la noche
mujer que no da tregua...
capa oscura y pesada, fúnebre sombra
que engalana el manto de la muerte.

somos idiotas afortunados

La vida cae... en una persona... el telón cae

cae pero otra empieza

empieza en un mundo rojo.... teñido por la sangre

con el ruido del tañir de las campanas de una muerte que yace en el campo santo del olvido...

un mundo donde los esperanzados son pocos...

y los diablos sin rumbo muchos

somos diablos

pobres almas

desamparados

odiados hombres de paja

que añaden a la historia... a la historia del día a día...

historia que despreciamos y amamos por igual

somos idiotas

que no agradecemos lo que tenemos

que detestamos el suelo que pisamos

pero cuando van a levantar la hoz para que espiremos... gritamos, lloramos y rogamos.

somos afortunados

y no nos damos cuenta

que esos pequeños baches

que esas soledades

y esos silencios sin sustancia

son la savia de algo grande

es la sangre de la mortalidad

y de la inmortalidad en si misma.