Y renaceré como el cuervo, te encontraré tras la muerte, para atraparte entre mis garras y destrozar tu cuerpo con mi frenético deseo. Regresaré para amarte.

jueves, 21 de junio de 2012

La crueldad de un demonio


Observaba su rostro de muñeca perfecta arrugándose con rabia. La cólera dominaba su alma otorgándole una apariencia de fiera enjaulada. Sus dorados cabellos estaban revueltos y se agitaban rozando su frente, mejillas y nuca. Mis ásperas manos acariciaban el cuero negro del asiento donde me encontraba, deslizaba mis dedos sobre la oscuridad con el sabor del último trago de whisky. Mi bebida estaba sobre la mesa dejándose enfriar por el par de cubitos, sin embargo aquella ira desatada en su interior provocó que explotara en mil pedazos y yo alzara una carcajada cruel.

-¿Qué esperabas? ¿Fidelidad?

Mi profunda y masculina voz lo sacudió de pies a cabeza provocando que se abalanzara sobre mi. Agarró mi camisa y tiró de ella hacia él, lo hacía con la furia de una mujer llena de coraje. Mis labios se arquearon sellándose en una sonrisa aún más cruel que mis palabras, mis ojos fulguraron con llamaradas verdes con una apariencia similar a la lava.

-¡Eres un maldito! ¡Deja de burlarte de mi! ¡Deja de burlarte Caim!

Los chillidos que dejaron salir sus jugosos y rosados labios no eran más que muestras de su estupidez. Estaba completamente ciego con ese estúpido pensamiento, el amor no existía y aún así se atrevía a decir que lo sentía. Aunque no era dicho con palabras sí lo era con gestos, tan sólo quedaba que tomara una margarita y la deshojara mientras me observa de forma coqueta. En su mundo de ilusión yo era su amante, únicamente suyo, y cuando este se desquebrajaba al encontrarme con otros en mis brazos gritaba histéticamente destrozándolo todo. La luz del local terminó por fundirse y el público comenzó a marcharse fastidiado.

-¿Cómo? No me burlo de ti, sólo describo tus deseos y esas patéticas acciones provocadas por celos. No deberías estar celoso, sino orgulloso. Al menos te sigo hablando después del sexo.

Respondí tomándolo por las muñecas para apartar sus manos suaves y frías de mi ropa.

-¡Para torturarme!

Exclamó enfurecido, con fuerzas renovadas al parecer. Mi rostro inmutable de asco aparente en las muecas que ofrecían mis labios le desagradó aún más.

-¿Y la tortura no forma parte de la vida?

Susurré inclinándome hacia delante, dejando que mis labios acariciaran su cuello. Mis ojos verdes brillaban como haces poderosos en la oscuridad.

-¡Púdrete!

Su piel se había erizado, aunque su lengua seguía suelta.

-Leviathan, no te ofusques y piensa de una vez.

Estiré mi mano hacia sus mejillas sonrojadas por la furia. Su piel poseía un encanto especial, igual que su alma cuando se agitaba, e irremediablemente tomé sus labios hundiendo mi lengua en su boca hasta arrancarle el hálito. Se había quedado sin respiración alguna y aún así siguió el beso que tanto lo consumía ofreciéndole mayores fantasías.

-Te detesto.

Susurró cuando aparté mis labios de los suyos, sin embargo tomó asiento sobre mis piernas y rodeó mi cuello colocando sus brazos sobre mis hombros. Reí bajo acariciando sus sedosos cabellos rizados.

-Tus acciones demuestran lo contrario y ya no puedes evitarlo. Por mucho que te duela tú eres mi perra y lo seguirás siendo durante mucho tiempo, Leviathan.


No hay comentarios:

Derechos de Autor y Licencia

Safe Creative #0906284062744
muerte por vida
un precio caro
pero habitual
somos animales
somos todos animales
hijos de un dios
hijos de las sombras
hijos de la eternidad
no podemos renegar
no podemos olvidar
incluso lucifer fue engendrado por él
la concepción que él nos ha dado
nos ha hecho ser como somos
por eso matamos
porque está en nuestra naturaleza
¿somos tan terribles?
¿más que un asesino despiadado?
¿más que un dictador?
¿más que un hombre que enseña a su hijo a matar avecillas?

...

no somos monstruos
simplemente sobrevivimos...
con tu sangre
con tu alma
pero es supervivencia.

aqui gana el más fuerte

Sueños - AWR


sueño profundo y doloroso... sueño de sangre y noche
sueño contínuo en lo eterno...
sintiéndote navegar en eter...
un eter que se vuelve fangoso... rojizo... sublime
¡Sangre!... sólo sangre... cálida y fresca... deslumbrante
nube vamporosa con aroma a mujer...
la primera víctima de la noche... la elegida.
tacones lejanos con contoneo de caderas carismático...
para luego escuchar un grito de terror...
y luego...
y luego... NADA

Dama Sombría

Dama de las sombras
mujer de corte oscura
tú vienes a cortar el último hilo de vida
el último aliento..
cruel dama nocturna
cruel mujer...
que viene junto a la muerte, de la mano
señora que sonríe... que se jacta de mi destino
mientras la calavera señala mi destino... un foso... un lugar junto a la tierra y sus gusanos.
hoy yaceré muerto al despuntar alba
hoy... habrá acabado mi andanza por la tierra
hoy descansaran mis huesos, pero no mi alma.
Si bien... cruel aunque hermosa
desfilaras con la muerte, danzarás con ella, y la luz del día disipará tu figura.
tal vez lloren por mí, canten salmos y las campanas repiquen...
como tal vez termine como Paganini... en un carro... esperando sepulcro durante años.
danza y ríete de mi miseria
hija de la noche
mujer que no da tregua...
capa oscura y pesada, fúnebre sombra
que engalana el manto de la muerte.

somos idiotas afortunados

La vida cae... en una persona... el telón cae

cae pero otra empieza

empieza en un mundo rojo.... teñido por la sangre

con el ruido del tañir de las campanas de una muerte que yace en el campo santo del olvido...

un mundo donde los esperanzados son pocos...

y los diablos sin rumbo muchos

somos diablos

pobres almas

desamparados

odiados hombres de paja

que añaden a la historia... a la historia del día a día...

historia que despreciamos y amamos por igual

somos idiotas

que no agradecemos lo que tenemos

que detestamos el suelo que pisamos

pero cuando van a levantar la hoz para que espiremos... gritamos, lloramos y rogamos.

somos afortunados

y no nos damos cuenta

que esos pequeños baches

que esas soledades

y esos silencios sin sustancia

son la savia de algo grande

es la sangre de la mortalidad

y de la inmortalidad en si misma.