Nuestra primera conversación seria fue en las viejas vías del tren. Ambos caminábamos por ellas mientras nos empujábamos a ver quién caía, pero si lo hacíamos volvíamos a levantarnos. ¿Por qué coño hoy no? Ya no ocurren esos milagros junto a dos botellines de cerveza en las manos de dos críos de catorce años. ¿Dónde están esas manos unidas? ¿Esas miradas que se decían todo mientras nuestras bocas se cerraban apretando los dientes? Un golpe más, uno tras otro, a cual más violento y más directo al orgullo. Ahora no somos capaces de hablar, tan sólo de esquivarnos y eso no hará que vuelva a ser lo mismo.
La culpa la tengo yo. Os eché a todos de mi vida por algo más adictivo que el caballo, que la maria, que el alcohol o el tabaco. Una mierda que infecta el cerebro y que se queda depositando sus huevos hasta que eclosionan con fuerza. Nunca me sentí querido y unas palabras estúpidas hicieron que me arrodillara, yo que nunca lo hice ante ningún cretino a pesar que me sacara un par de cabezas. Me enamoré y eché a perder toda la historia, todos nuestros sueños y vosotros me disteis la espalda. De Jorge me lo esperaba, tal vez porque sabe cuando sobra. Cerberus simplemente prefirió irse antes que matarme a golpes. Pero de ti, de mi hermano de sangre, jamás pensé que dirías algo como aquello.
El orgullo nos puede a los dos, es un defecto que intoxica por completo nuestras palabras y las vomitamos con una bilis espesa. Eso y los puños, no olvidemos las patadas. Nunca pegué con tanta brutalidad a nadie, nadie me golpeó con esa rabia y eso que mi padre me curtió a palos durante años. ¿De qué me sirve ahora ponerme a recordar? Si lo único que tenemos son las marcas de la contienda.
Tú celas a tu pareja, como si fuera a quitarte la vida, y yo me siento solo ahora sin la persona que amé y de la que no me puedo sacar de la cabeza. Estoy jodido y mi salud no es buena. He dejado de tomar y de fumar, para quedar drogado y confuso por la medicación. Tú estás enganchado a la droga y un día te darás cuenta que es ella, y no yo, quien te separará de lo que tanto amas y aprecias.
No puedo imaginar bien tu cara al leer esto, tal vez tanta letra junta te aburra o quizás te limpies el culo con ella. Pero tio espero que no se te olvide que eres mi hermano. No olvides lo que hemos vivido, aunque yo haya dicho que no eras ya mi amigo… jamás lo fuiste y es cierto. Nunca fuiste para mí un amigo, fuiste mi hermano.
Lo único que puedo decirte es… suerte y no lo pierdas.
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Escrito dedicado a Kenny porque dentro de nada es su cumple
pues nada... ahí va
Amaury vs Axel
1 comentario:
Me he pasado por este blog porque leí el último comentario que dejaste en mi blog y me entró curiosidad. Me alegro de haberlo hecho. Como bien decías en el comentario, aquí reflejas sentimientos más profundos, pasiones más violentas, más viscerales. En resumen: más personales, clavas la daga hasta el fondo del corazón y no te limitas a rozar la corteza. Aunque después de los textos que he leído en tu otro blog, no esperaba menos.
En lo tocante a Sebastian Bach, estoy de acuerdo contigo. Tiene una de las mejores voces del heavy metal, y no se ha echado a perder como es el caso de otras viejas glorias, como Axel Rose. (Por cierto, ¿te basaste en el nombre de W. Axel Rose para tu personaje de Amaury William Rose? Lo digo por lo de William Rose).
La verdad es que la voz de Sebastian, desde la primera vez que la escuché hace ahora como 3 años, me cautivó desde el principio. Su carisma, su dinamismo y la capacidad que tiene de interpretar tanto baladas, como canciones de más traya me parece absolutamente admirable. Además, no lo conozco personalmente (ojalá) pero parece un tío de puta madre.
La verdad es que a pesar de que no viví esa maravillosa época (los 80), porque por desgracia nací una década después, en ocasiones desearía poder viajar en el tiempo, solamente para poder ver con mis propios ojos cómo era aquel ambiente, aquel tiempo cuando la gente joven y con talento se preocupaba por hacer buena música.
Como siempre, me estoy enrollando con temas que no vienen al caso, así que corto ya, que no te quiero aburrir. ¡Un beso!
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