Muchos dicen te amo y se quedan satisfechos, esos son los que jamás han amado o no aprecian realmente el sentimiento. Amar es mucho más que una palabra, un verbo o un garabato en la pared. Amar es demasiado importante, inalcanzable a la mente humana, para dibujarla en unas sílabas sin más. Seamos justos, jodidamente justos, y miremos lo que realmente es un te amo. Son palabras que se dicen, escriben o fotocopian… nada más, un cliché. Es la hermosa nota final de una eterna historia de amor cinematográfica o bibliográfica.
¿Un te amo puede controlar el tic nervioso de una pierna? ¿Puede controlar el nerviosismo de un escritor que no sabe dar una forma maldita y perfecta? Es jodidamente increíble e irresistible que es ese balanceo. Mueves el pie, la rodilla y parte del muslo. Estás en movimiento, te inquietas en la silla, te levantas y vuelves a sentarte. Quieres gritar a todos que la amas, o le amas, y no sabes expresarlo en palabras. Es una putada.
La mayor putada que le puede suceder a un escritor es enamorarse, porque las tontas historias ya narradas no tienen fundamento y tampoco textura. Para un escritor enamorarse es molestarse con el papel, el teclado, la tinta y todo lo que pueda usar para crear. Porque sus personajes no son ellos dos, por mucho cariz humano que les de, sus palabras no pueden ser leídas sin más y ella… ¿cómo explicarle al dichoso lector, o crítico de pacotilla, a qué huele su cuello? ¿O cómo se ve desarreglada y somnolienta en las mañanas? Ese instante en que te levantas y la ves, ves que es real y la puedes palpar sin más. Sabes que está y nada más, lo sabes. Es como cuando uno se sabe una fórmula de un compuesto como el agua o el aire, simplemente se sabe. Al igual que cuando uno nace poco a poco va comprendiendo que morirá, porque es una jodida realidad. Eso pasará, nada más. Pues así está cuando se levanta, ella está y es real. Puede abrazarla, pero la deja descansar y nervioso aún en boxer se levanta.
¡TE AMO!
Por más que grites va a ser igual que si lo susurras o jadeas… se escucha bien entre gemidos, entre unos gemidos finos mientras entierra sus uñas. Ella te lo dice, sabes que lo siente, pero sigue sin ser suficiente decírselo de ese modo. No, porque tú no estás conforme. Eres un maldito escritor, un jodido escritor. No sabes nada, nada más que lo que has ido aprendiendo.
El primer amor, el primer amor no correspondido, el primer beso, la primera caricia, la primera decepción, la última lágrima por amor… has ido aprendiendo, se ha ido intensificando tus sentidos y ahora todos te gritan… LA AMAS. Sí, ya sabes que la amas… ¿cómo explicar que te afeitas y sonríes esperando que acaricie tu rostro? Sonríes como bobo aunque sepas que no lo hará, pero el sólo imaginártelo… oh… ahí está. ¡ESTÁ! Como ella en tu cama, envuelta en tus sábanas… ¡Está!… y nada más. ESTÁ.
Un leve susurro en las noches en vela, una almohada que finge ser ella y lágrimas en tus ojos. Tu mirada se ve acuosa, tus labios tiemblan y la distancia te acribilla a balazos como un mafioso antisocial. Dios… la amas… la amas demasiado… incluso de una forma enfermiza. Pero sin más… sabes que un te amo de papel se puede mojar, unas palabras olvidar… pero lo que está en tu alma no se rompe, ni rasguña, ni olvida, ni enfría…
¿Cómo explicar todo con un te amo? Es que ni un texto es suficiente, ni los gestos diarios, ni las promesas cumplidas una a una… y la pendiente… amarla por siempre. ¿Cómo no amarla? Si vino a ti empapada, prácticamente maullando como una gatita abandonada. La abrazaste, la besaste y le dijiste… yo estaré aquí. En ese instante te involucraste y poco a poco te enamoraste, se convirtió en el veneno de tus arterias sin que tú te dieras cuenta.
1 comentario:
Omg T_____________T
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